Nuestros friends Jokin Lizeaga y Aritz Egea, no tuvieron la misma suerte. Mientras el primero llegaba en una gran novena posición, Egea se tuvo que retirar a acusa de una hipotermia en las campas de Urbia.
El día amaneció con un agradable viento sur en la pequeña localidad de Zegama. A las 08:30 de la mañana, todavía no se hacía presagiar el cambio que iba a dar el tiempo en las alturas de los montes Aratz y Aizkorri. En cuanto arrancó la carrera, el corredor de la Euskal Selekzioa, Aritz Egea, se ponía en primera posición hasta Otzaurte (km.7,5). Por allí pasó primero, por delante del mismísimo Kilian Jornet, y seguido de los grandes favoritos al triunfo final entre los que destacaban Hernando, Merillas o el ganador del año pasado, el italiano Pivk. Mientras, el otro friend, Jokin Lizeaga, se colocaba entre los 10 primeros.
En la bajada hacia Urbia, Egea se tuvo que retirar a causa del frío. Fue en el cresterio de Aizkorri (km. 23) donde Jornet se hacía ya con la primera posición para ya no abandonarla en ningún momento. Espectáculo del bueno el que ofreció un año más el mejor corredor del mundo. Al final se quedó a dos minutos de su propio record en meta. Su tiempo fue de 3:50,03, seguido del suizo Marc Lauenstein con 3:59,22 y de Luis Alberto Hernando con 4:00,05.
Por detrás, un inconmensurable Jokin Lizeaga se hacía con la novena posición con un tiempo final de 4:13,42. Exhausto y muy mermado físicamente llegaba al pueblo de Zegama el urnietarra: “Ha sido muy duro. La climatología ha jugado una mala pasada, y a partir del kilómetro 30 ha tocado sufrir. Creo que ha sido la edición más dura en la historia de la Zegama-Aizkorri. Ahora toca recuperarse”.
Lo dicho, una gran Zegama-Aizkorri la de este año, donde no faltaron los ingredientes necesarios para ver un gran espectáculo.