El 7 de junio es la fecha elegida para dar comienzo a la última etapa del proyecto WOPEAK, impulsado desde la fundación WOP, destinada a colaborar con la financiación para la investigación de enfermedades neurodegenerativas. En esta octava etapa, Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza parten al conjunto de montañas Gasherbrum con un plan abierto.
Una vez allí, los tres alpinistas, fieles a sus valores, a su estilo alpino y a su compromiso por superar los límites, valorarán las posibilidades y se embarcarán en un nuevo reto. Así nos lo relata en exclusiva uno de sus protagonistas, Alberto Iñurrategi:
El tiempo vuela, por Alberto Iñurrategi
“Han pasado seis años desde la última vez que superamos los 8.000m. El tiempo vuela.
Este verano vamos a tener la oportunidad de repetir esa experiencia maravillosa de mirar el mundo desde el último piso entre jadeos, con la boca seca y el estómago revuelto.
Al proyecto WOPEAK en el que estamos inmersos le falta por completar la etapa del 8.000. El objetivo es realizar la ascensión de un ochomil, siendo fieles a nuestra visión de entender la montaña: en estilo alpino y poniendo el acento en el camino. El hecho de salir de las rutas normales disminuye las posibilidades de alcanzar la cumbre, pues está mucho más sujeto a las condiciones de la montaña, de la incidencia de la meteorología y la adaptación individual a la altura. A mayor dificultad, más condicionados por las variables. Por eso, en esta ocasión planteamos el ochomil en un plan abierto; es decir, tomaremos la decisión final de la vía a seguir una vez valoradas las condiciones.
El grupo de los Gasherbrum lo forman seis montañas que prácticamente (salvo el VI con 6.979m) superan los 7.000m de los cuales dos son ochomiles. Los Gasherbrum I y II no están considerados como ochomiles difíciles. Es más, el II, por la ruta de la primera ascensión abierta por austriacos en 1956, se encuentra en la relación de fáciles. Sus 8.035m, (un ochomil bajo), y la posibilidad de montar campamentos amplios y seguros ha propiciado que cada año se organicen expediciones comerciales en los que no se repara en medios para facilitar el acceso a su cumbre. El Gasherbrum I lleva el mismo camino.
Pero ninguno de los Gasherbrum se puede considerar fácil, ni siquiera el II.
Más allá, G-I y G-II presentan posibilidades muy interesantes para quien busca vivir el himalayismo en su máxima expresión: rutas poco repetidas y posibilidades de realizar nuevas, como la travesía de los Gasherbrum, la combinada de la ruta de los italianos con la eslovena al G-I, la francesa al G-II, La Kurtika-Kukuzka al G-II… Distintas alternativas, cada cual más bonita, todas apetecibles.
Nosotros nos acercaremos a estas montañas sabiendo que alcanzar la cumbre será difícil y eso es precisamente lo que nos atrae. Es muy complicado mantener la motivación sabiendo de antemano que pisaremos la cumbre, pues una de las cosas más bonitas del montañismo es salvar dificultades y enfrentarnos a situaciones imprevisibles, rozando el límite de nuestras posibilidades.
Llegaremos al Karakorum con un abanico de planes apetecibles y ganas de abordar alguno de ellos con la libertad de hacer lo mejor que seamos capaces en función de las condiciones. Esto es un lujo.
Cualquiera de las rutas mencionadas sería digna para cerrar el proyecto WOPEAK y dejar a quienes lo abordamos más que satisfechos. Eso sí, habrá que ser muy selectivo, porque ya no puede uno dejar para más adelante la lista de sus deseos. El tiempo vuela.”
Proteger al alpinista hacia su camino a la cima
La expedición está apunto de partir, pero el camino comenzó en las oficinas de Ternua hace ya algún tiempo. Nuestro equipo de I+D ha trabajado durante meses codo con codo con los deportistas para ofrecerles la mejor protección en el camino hacia la cima.
Somos conscientes de que la expedición se enfrentará a unas condiciones extremas y de que el estilo alpino exige trabajar a favor de la ligereza. Por eso, nuestro equipo se ha volcado con las necesidades de los alpinistas elaborando un buzo exclusivo de dos piezas, muy ligero, de tan solo 1.300 gramos, que permite distintas combinaciones en función de la necesidad de abrigo y fabricado de manera artesanal con tejidos de alta tecnología como el Pertex Endurance (en el exterior) y Pertex Quantum GL (en el exterior) y relleno de pluma reciclada Neokdun FP800 hidrófuga con Nikwax PFC free.
El relleno es de pluma reciclada hidrófuga y se han rellenado manualmente en nuestras instalaciones de Arrasate, asegurándonos en todo momento la calidad del proceso y el cuidado del medio ambiente.
Además del buzo, desde Ternua se ha trabajado en la elaboración de las manoplas, a las que se les ha incorporado pelo sintético en la boca de la manopla evitando que entre nieve al quitarla, que se escape el calor de las manos cuando la llevamos puesta y que la puesta de la misma sea una maniobra tan sencilla como meter la mano, sin tiradores ni otro tipo de cierres. Como aislante se han combinado pluma reciclada Neokdun hidrofugada con Nikwax PFC free y Primaloft one.
También se ha confeccionado un saco de dormir de expedición, un producto innovador que responde a la necesidad de aligerar su peso al máximo manteniendo las mismas capacidades. Con ello, se ha desarrollado un saco muy ligero, que no pasa de los 1.000 gramos, lo suficientemente amplio como para ser utilizado en combinación con el buzo de altura. Está elaborado con Pertex Endurance en su exterior y Pertex Quantum GL en su interior, con relleno de pluma reciclada Neokdun FP800 hidrófuga con Nikwax PFC free.
Por último, nuestro equipo ha trabajado también en la fabricación de una chaqueta ligera, exclusiva para llevar debajo del buzo, muy polivalente, de tan solo 240 gr, con una alta compresibilidad, lo que facilita su transporte y empaquetado en la mochila. Su tejido exterior e interior es Pertex Quantium GL de tan solo 20 grs/m2 y su relleno pluma reciclada Neokdun FP800 hidrófuga con Nikwax PFC free, permitiendo la autorregulación de calor por capas.