Por Oscar Gogorza, Guía de Alta Montaña UIAGM, www.cuerdacorta.com
Servimos algunas claves para entender y definir un medio complejo que exige una excelente preparación. Cierto es que el público no iniciado en el montañismo puede caer en errores o confusiones a la hora de imaginar a qué se corresponde el terreno de alta montaña. Los hay que creen que la alta montaña solo se da en el Himalaya (quizá porque es la cordillera que alberga las cimas más elevadas del planeta), considerando de forma equivocada que la altitud es el factor que determina el carácter de lo que denominamos ‘alta montaña’.

Por poner un ejemplo, en la Patagonia argentina, en el grupo del Cerro Torre y del Fitz Roy se dan todos los rigores imaginables de la alta montaña en cimas que apenas superan los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Otro error frecuente es considerar que alta montaña es sinónimo de nieve, lo cual, en los Pirineos por ejemplo sólo es cierto en invierno. Podemos caminar por un terreno de alta montaña sin pisar la nieve, estando sometidos a sus rigores.

Para que exista la alta montaña, ha de existir también la baja y la media montaña, conceptos que conviene entender. Para explicarlos vamos a ceñirnos a la geografía de la Península Ibérica.

1.- Baja montaña (generalmente hasta 1.500 metros): en este tipo de entorno montañoso aun podemos encontrar pequeños núcleos de población a los que accedemos por buenas vías de comunicación.

2.- Media montaña (generalmente entre 1.500 y 2.500 metros): nos encontramos con un tipo de entorno montañoso donde normalmente la nieve hace acto de presencia de noviembre a mayo, dependiendo del macizo montañoso. Podemos hallar pequeñas construcciones dedicadas al pastoreo pero no núcleos rurales. Es un medio, por lo general, accesible.

3.- Alta montaña (generalmente alturas superiores a 2.500 metros): Normalmente, en este tipo de montañas podemos encontrar glaciares (en el Pirineo apenas existen ya) y nieves perpetuas, lo que aumenta la dificultad de las ascensiones. La vegetación desaparece de forma drástica, mengua enormemente la vida animal y no existen núcleos habitados, salvo la existencia de refugios de montaña o construcciones aisladas empleadas para un posible vivac. Es en alta montaña donde la altitud, las condiciones meteorológicas, el aislamiento y la dificultad del terreno (y los peligros derivados de estos factores) dificultan enormemente la actividad del ser humano.

La práctica deportiva en Alta Montaña

La práctica deportiva en Alta Montaña exige, casi siempre, una preparación técnica y física específica así como entender perfectamente (y saber emplear) unas técnicas de progresión concretas. En invierno, especialmente, se antoja fundamental saber leer los recorridos en terreno nevado, evitar los peligros de aludes, entender el comportamiento de la nieve, conocer las técnicas de cramponaje y autodetención, saber circular encordado por un glaciar, tener conocimientos de autorrescate glaciar, de orientación…

Pero, sobre todo, en invierno, es preciso saber cuándo debo o no debo acudir a la montaña, saber cuándo escoger el fondo del valle o las laderas seguras y asumir un reto psicológico: en caso de accidente, puede que el aislamiento o las condiciones meteorológicas impidan o retrasen fatalmente un posible rescate. El conocimiento del medio influirá en el acierto en nuestras decisiones, pero se antoja imprescindible ser autónomo y dominar las técnicas arriba citadas en un medio hostil y complejo.

Otro punto fundamental que conviene no desdeñar es la vestimenta, que ha de ser adecuada para la actividad que deseemos acometer: ropa térmica como primera capa, un forro polar de nuestra elección (los hay finos o gruesos), un pantalón sólido y, para acabar, pantalón y chaqueta cortavientos de Gore-tex. Estos últimos años se ha impuesto, además, el uso de chaquetas de primaloft como la excelente Jannu, con un excelente compromiso entre ligereza y confort térmico. Hoy en día existen prendas adecuadas para cada actividad, sea ésta especialmente aeróbica (esquí de montaña, caminar, etc) o más estática, como la escalada en hielo. Saber vestirse es una obligación.