Disfrutar o no de cualquier actividad que vayamos a realizar en la montaña en invierno dependerá en gran medida del tipo de equipamiento que utilicemos. Éste tiene que adaptarse a la época y a las condiciones climáticas y al tipo de actividad prevista. Las actividades que se practican en montaña en invierno son muy diferentes y cada una de ellas requiere de unos materiales muy diversos y específicos: ascensiones en montaña invernal, descenso de barrancos, escalada en hielo, alpinismo en altura, esquí de montaña, bicicleta de montaña. Y a todo esto hay que añadir los deportes de competición: carreras por montaña y esquí de montaña.

Hay una evolución constante en los equipamientos personales y en los materiales que ahora se utilizan: mayores propiedades, más ligeros y resistentes, con menor volumen para facilitarnos su transporte…Y es necesario reconocer que este desarrollo se debe en gran parte a la llegada de la competición a los deportes de montaña, lo cual exige un alto rendimiento. Tal es así que la gran mayoría de fabricantes investigan y fabrican los materiales según las necesidades que les plantean los deportistas de élite, bien sean competidores, escaladores de alto nivel o bien los que acuden de forma habitual a las grandes alturas.

En época de frío, deberíamos utilizar tres capas: una interior, en contacto con la piel, agradable al tacto y que tenga la propiedad de absorber el sudor y trasladarlo hacia el exterior, manteniendo así la piel relativamente seca. Los nuevos tejidos de poliéster cubren esta función. Por fuera, una capa que caliente y nos aísle: existen en la actualidad muchos tipos de chaquetas de nuevos tejidos que son muy aislantes y de poco peso. Cubriendo lo anterior, un tejido resistente y con la propiedad de impermeabilizar y que deje transpirar lo más posible.

No debemos obviar la norma muy aceptada de las tres G... siempre deberemos llevar en nuestra mochila para utilizarlo en caso de necesidad: gorro, guantes y gafas; gorro, para evitar pérdida de calor corporal a través de la cabeza y congelaciones en las orejas; guantes, unos finos en contacto con la piel y otros por encima; gafas con protecciones laterales, para evitar quemaduras en los ojos por acción del sol, y gafas de ventisca cuando ésta se desencadene.

En relación con el calzado para la montaña en invierno, existe una amplia gama, en función de la actividad que se vaya a realizar. Pero, este calzado no debe ser holgado, pues pueden producir ampollas, ni demasiado ajustado, pues producirá dolor y predispondrá a congelaciones en los dedos. Por tanto un calzado:

  • Que soporte la humedad.
  • Que sea muy resistente.
  • Que lleve una suela con mucho relieve y que no esté desgastada.

Teniendo en cuenta lo anterior, podremos decidirnos por:

  • Botas semirrígidas, para movernos por baja o media montaña; siempre que el terreno sea accidentado y con zonas de piedras. Con ello lograremos una buena protección para nuestros pies y para nuestros tobillos. Este tipo de botas permite cierto grado de torsión, pero no llega a arquearse por completo, con lo que da mucha seguridad manteniendo la comodidad a la hora de movernos con ellas. Sin embargo hay que mantener una precaución muy importante con este tipo de botas semirrígidas y no debemos utilizarlas nunca en una actividad de larga duración, si previamente no las hemos probado en otras actividades de menor intensidad hasta tener la certeza de que no nos harán rozaduras o lesiones.
  • Botas rígidas, para la alta montaña, para la montaña nevada o para la montaña invernal. Es un tipo de bota para realizar actividades muy concretas y técnicas. Hay que tener en cuenta que las suelas de este tipo de botas tienen muy poca torsión, con lo que no resulta fácil ni cómodo andar con ellas; cuando se hace actividad con este tipo de botas, nuestros movimientos son un poco ortopédicos, pero lo bueno es su seguridad y el hecho de que el pie suele estar más protegido para las bajas temperaturas, de ahí que se utilicen en alta montaña, en terreno nevado o en escalada en hielo. Normalmente vienen preparadas para utilizar con ellas crampones automáticos. Pero tengamos en cuenta que son botas más pesadas y que, al ser más rígidas, no podemos mover mucho los pies, por lo que las descartaremos para actividades de baja o media montaña. Es decir, son botas muy específicas y para situaciones muy concretas.

Los calcetines o medias que utilicemos han de ser ajustados a nuestros pies. Los avances en relación con los calcetines utilizados en las diferentes actividades de montaña son muy importantes y van en consonancia con el avance en otros materiales; de este modo se fabrican y venden calcetines para invierno, verano, marcha, alpinismo, carreras por montaña. Los calcetines más usados son los de algodón y los de lana, seguidos por las mezclas de algodón y fibras. La experiencia me ha demostrado el tremendo placer que proporciona el poder cambiarme de calcetines durante la actividad, sobre todo si esta es de larga duración. Además, para evitar posibles lesiones, es muy conveniente protegerse las zonas delicadas de los pies con tiras de esparadrapos cuidadosamente colocadas, vaselina, parches de silicona y otros sistemas. Son muchos los que declaran haber sufrido alguna lesión en los pies, siendo las más frecuentes las ampollas y las rozaduras.

Otros materiales en función de la actividad que tengamos prevista: mochila adecuada, cantimplora o sistema de hidratación (muy recomendable el termo con bebida caliente en época invernal), bastones, crampones o raquetas de nieve, polainas.

CONSIDERACIONES SOBRE EL EQUIPAMIENTO DE MONTAÑA.

Se han desarrollado nuevos materiales que han sido muy bien aceptados por los asiduos a la montaña y que, según dicen, son respetuosos con el medio ambiente y provocan en él un impacto menor.

Así el Dryshell, que ya es usado en la fabricación de la vestimenta de montaña, se consigue del reciclado de recursos ya usados. El Dryshell está compuesto de al menos un 50% de poliéster reciclado, pero también utilizan otros tejidos reciclados como el Pertex y el Primalof reciclado. También se utiliza algodón orgánico, que es cultivado en campos de tierra fértil en los que se respetan los ciclos de la tierra, libre de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos sintéticos; tampoco utilizan en su hilado y producción productos químicos tóxicos.

Lo que ha revolucionado el mercado de la vestimenta de montaña es la pluma reciclada denominada Neokdun, que es utilizada por el fabricante de vestimenta de montaña “Ternua” en la confección de sus chaquetas más representativas; el tejido exterior de sus chaquetas es de Goretex reciclado, así como el forro interior, que proviene de botellas de plástico, y el relleno es de pluma reciclada, un material natural 100% biodegradable. Estas características configuran un tipo de chaqueta que ofrece un gran poder calorífico, son muy impermeables, muy transpirables y con mucha resistencia al viento.

También se ha incorporado a la fabricación de vestimenta de montaña otro material muy novedoso: el ThermoBall, que es una fibra sintética que imita las propiedades de la pluma, y que elimina sus contrapartidas, principalmente las referidas a sus bajas prestaciones en condiciones de humedad.

Las grandes ventajas de este tipo de prendas de pluma o fibra son muchas: al poderse comprimir mucho cuando no se usan, necesitan menos material, pesan mucho menos, son más ágiles, ocupan muy poco espacio al transportarlas, y son más caloríficas que las anteriores, debido a que su expansión permite retener mucho calor.

Es posible que con toda esta información acerca de los nuevos materiales utilizados en la fabricación de vestimenta de montaña puede resultar complicado elegir qué comprarnos para realizar actividad en montaña. Mi consejo es que no tengáis prisa en adquirir vuestro equipamiento, que miréis todo lo que sea necesario, que os asesoren personas con conocimientos contrastados y que puedan aportaros su experiencia, porque ellos han probado antes ese material.