Cinco corredores clásicos del Pirineo que escalar antes de que desaparezcan
La escalada de corredores es una de las ramas del alpinismo más practicadas por los aficionados. Consiste en ascender montañas nevadas por las líneas más obvias; aquellas que quedan cubiertas de nieve y hielo entre paredes y resaltes. En el Pirineo, esta actividad se ha solido practicar entre los meses de enero y junio, dependiendo de la orientación de la vía y de las condiciones, pero ese rango se va acortando cada año a medida que notamos los efectos del cambio climático. En Ternua ya hemos hablado de cómo este está afectando al Pirineo y, desgraciadamente, es de esperar que, en no muchos años, la mayoría de los corredores no sean escalables más que, con suerte, durante unos pocos días cada temporada. Y tal vez ni eso, porque el régimen nival que nos espera va a hacer que sea realmente difícil que la nieve que caiga, poca o mucha, llegue a transformarse.
Cinco vías para iniciarse en la escalada de corredores
Quizá por todo lo anterior, existe una sensación de urgencia entre quienes han dado pocos pasos en esta disciplina o no han dado ninguno en absoluto pero se sienten atraídos por la idea. Y hay razones para ello. ¿Se podrá escalar el corredor del Gaube dentro de 10 años? Acaso es hora, más que nunca, de aplicar aquello de “no dejes para mañana lo que puedas hacer escalar hoy”. Nosotros, en este artículo, hemos reunido cinco corredores asequibles del Pirineo que todo iniciado debería recorrer mientras aún existan. Todas ellas son canales clásicas del Pirineo; todas ellas son grandes actividades alpinas al alcance del aficionado medio al alpinismo.
Gran Diagonal de Peña Telera
La sierra de Partacua, en el valle de Tena, es un paraíso para los aficionados a la escalada de corredores. Aquí podemos encontrar varias líneas famosas, como la María José Aller, el corredor Elena, Chez Lulú, Watade, Maribel… Pero sin duda la más famosa —y menos comprometida que las anteriores— es la Gran Diagonal de Peña Telera.
La Gran Diagonal es una línea muy obvia y perfectamente recta que divide la cara norte del Telera en dos. Por lo evidente de la vía y su baja dificultad (AD), la Gran Diagonal fue el primer corredor de la sierra en ser escalado; lo completaron dos escaladores, Gutiérrez y Morandeira, en marzo de 1966.
Para quien se acaba de iniciar en este deporte, esta vía es todo un hito y una buena prueba, porque en sus 450 metros hay un poco de todo. En ella se pueden encontrar rampas de hasta 55º, resaltes de hielo (dependiendo de las condiciones) y algún tramo de mixto. También hay una zona con mucho ambiente, conocida como el mirador. En definitiva, una muesca imprescindible en el piolet.
Gran Diagonal de Peña Telera
Dificultad AD
Longitud: 600 metros incluyendo el cono. 450 metros de corredor
Tiempo: 2 horas
Corredor de Gaube en el Vignemale
La cara norte del Vignemale es, en opinión de muchos, la más bella del Pirineo. Entre las imponentes moles de granito del Pique Longe y del Petit Pic se esconde una de las joyas más codiciadas por los escaladores de corredores: el corredor del Gaube.
Esta imponente canal de hielo se hunde tan profundamente entre ambas peñas que se ha escalado incluso en agosto. En su momento el corredor del Gaube fue la línea más extrema ascendida en el Pirineo; el couloir por antonomasia. ¡Y es que fue escalada en 1889 y tardó 38 años en repetirse! Quienes se atreven a repetirla hoy en día apenas pueden imaginar que se pudiera ascender por allí con los medios de la época. Celestin Passet, el guía de aquella cordada de cinco, talló más de 1.300 escalones en el hielo.Las dificultades en el Gaube pueden empezar tan pronto como en la misma rimaya que da acceso al corredor, ya que, dependiendo la época, puede estar muy abierta. Después se alternan rampas de dificultad moderada con resaltes más técnicos y, para terminar, una variedad de salidas que son, cualquiera de ellas, el crux de la vía. Aquí podemos escoger, dependiendo de las condiciones, entre una pequeña cascada de hielo a 85º o una salida por roca de hasta IV grado expuesto. Ambas opciones conducen a la salida y al glaciar de Vignemale.
Corredor del Gaube
Dificultad MD (hasta 85º y IV, dependiendo de la salida escogida)
Longitud: 700 metros incluyendo el cono. 550 metros de corredor
Tiempo: de 3 a 5 horas dependiendo de las condiciones.
Corredor de la Fourche en el Midi d'Ossau
Si antes decíamos que la norte del Vignemale es, probablemente, la cara norte más hermosa de los Pirineos, el Midi d’Ossau debe de ser la montaña más bonita se mire por donde se mire. Ahora bien, si se mira desde el Portalet y sus alrededores, enseguida se intuye una línea que separa el Petit Pic del Grand Pic. Ese es el corredor de la Fourche.
Esta línea es tan obvia que se desconocen los nombres de los primeros que la ascendieron. En cualquier caso, es una vía clásica que llama al ojo de cualquiera que ande por la zona buscando líneas. La Fourche es un corredor de dificultad moderada (AD Sup), pero que tiene su miga, porque la inclinación es de hasta 50º y cuenta con un bloque de varios metros que puede requerir escalada en roca de IV grado. Pero la guinda del pastel, si uno no se conforma con alcanzar el collado, es la continuación por terreno mixto o de roca —dependiendo de las condiciones— hasta la cumbre del Petit Pic. De alguna forma, eso convierte a este corredor modesto en una respetable vía de invierno a una cumbre muy hermosa.
Corredor de La Fourche
Dificultad: AD Sup
Longitud: 450 metros incluyendo el cono. 350 metros de corredor
Tiempo: de 1,30 horas a 2 horas.
Corredor Swan a los Astazous
El corredor Swan es otra de esas vías obvias fáciles de localizar desde el valle. Como está situado en la vertiente francesa, donde el pirineísmo comenzó mucho antes, y como es un corredor asequible, el Swan fue escalado en una época tan temprana como 1885. En su apertura estuvo involucrado otro integrante de la célebre familia de guías Passet, Henri; pero como el que ponía el dinero era su cliente, el alpinista británico Francis Swan, el corredor lleva su nombre.Hoy en día el interés técnico del Swan se limita a los dos o tres largos iniciales, donde la goulotte es muy estrecha y la presencia de hielo es habitual. La inclinación aquí es de hasta 60º y hay algunos pitones a la derecha para asegurar los pasos más delicados. Una vez superados, el corredor se ensancha y se tumba, y ya solo queda remontar hasta el collado. De cualquier forma, aunque no es un corredor de dificultad mantenida, esa falta se compensa con la elegancia de la línea.
Corredor Swan
Dificultad: AD
Longitud: 500 metros.
Tiempo: 2 a 3 horas hasta la cumbre.
Corredor Estasen al Aneto
El Estasen es el corredor más sencillo de todos los que hemos reseñado aquí, pero su atractivo radica en que es una forma elegante de acceder a la cumbre del Aneto y una gran alternativa invernal y primaveral a la vía normal. Además, es indiscutiblemente un clásico del Pirineo. Fue abierto por Lluís Estasen y José Rovira en julio de 1930. El hecho de que se pudiera ascender en verano da una idea clara de cómo han cambiado las cosas, porque el que trate de escalarlo hoy con el año tan avanzado, poca nieve va a pisar.
El Estasen, que parte la cara W del Aneto, une el ibón de Coronas con la cresta de Llosas, muy cerca ya de la cumbre. La dificultad es sostenida, en torno a 45º durante todo el recorrido, pero no hay resaltes ni tramos de especial dificultad. No obstante, dependiendo de la época en la que lo encaremos, hablamos de una actividad invernal en el techo del Pirineo, así que el ambiente está asegurado.
Corredor Estasen
Dificultad: PD
Longitud: 300 metros.
Tiempo: 1 hora desde el inicio del corredor hasta la cumbre.