Es un proyecto de empoderamiento de la mujer en el Valle de Hushe (Pakistán), en colaboración con Baldistan Fundazioa. Su objetivo es que las mujeres del valle creen una cooperativa que fomente las oportunidades laborales, para que así adquieran una autonomía económica y puedan mejorar su futuro.
La unión de Alberto Iñurrategi y Ternua se pone en valor, una vez más, gracias al proyecto Ringchan. Ternua, además de acompañar a Alberto hasta sus cimas, impulsa también los proyectos de nuestro friend. El montañero vasco fundó Baltistan Fundazioa en 2001 junto a amigos y familiares de su hermano, Felix Iñurrategi, en honor a este, ya que allí comenzaron los ascensos a muchos de los ochomiles que escalaron juntos. Alberto Iñurrategi lleva años esforzándose por mejorar las condiciones de la población del Valle de Hushe y ahora Ternua se une a su fundación para trabajar juntos en el proyecto Ringchan.
El Valle de Hushe se encuentra en la región de Baltistán (Pakistán) a unos 3000 metros de altura y rodeado por varios de los picos más altos del mundo (K2, Broad Peak, Gasherbrum I y II…). El valle es una zona de difícil acceso, sus inviernos son extremadamente duros (las temperaturas pueden llegar a -15 y -20ºC) y las infraestructuras en las que habita la población de allí son pobres y con acceso intermitente a la electricidad. Además, uno de los problemas más graves del valle es la carencia de limpieza e higiene, algo que conlleva muchas enfermedades. Por ello, la fundación ofrece talleres de prevención e información, además de dotar de recursos sanitarios para mejorar la vida de la población.
La mayoría de las mujeres adultas del valle son analfabetas, su vida se limita al trabajo doméstico y no forman parte de la toma de decisiones colectivas. Además, por cuestiones culturales y religiosas, se enfrentan a numerosas barreras a la hora alcanzar derechos básicos como la educación, la salud, la libertad de movimiento o la libre elección.
Baltistan Fundazioa lleva cooperando desde 2001 en el Valle de Hushe. En este proyecto, Ternua y la fundación aúnan sus fuerzas para ayudar a las mujeres a crear una cooperativa que produzca gorros de lana, para así poder tener ingresos propios y fomentar el empoderamiento femenino en el valle.
Las mujeres llevan formándose en cursos de costura desde hace 10 años, en los que además de técnica, se les ha formado en DDHH y autoestima. El objetivo es sembrar en ellas las ganas de emprender y que ellas mismas protagonicen su propio cambio. Gracias a vuestra ayuda ellas van a poder tejer un futuro mejor.