News & press
Todo empezó en la 4ª edición de la Altitoy Ternua cuando Luismi me lanzó la propuesta de ir a esa prueba de esquí de montaña de la que tanto había oído hablar. Había oído hablar, pero nunca antes había participado. Pero conociéndome, y, sabiendo cómo me gusta el deporte y la montaña, sospechaba que me iba a gustar. Y así fue, desde entonces no he fallado a ninguna edición.
Es una prueba especial, es LA PRUEBA de esquí de montaña de los Pirineos. Esta vez, las condiciones meteorológicas y de riesgo de aludes obligaban a preparar unos itinerarios alternativos de seguridad. El sábado la prueba se desarrolló en las inmediaciones de la estación de Gran Tourmalet. A pesar de las malas previsiones meteorológicas, el tiempo aguantó y disfrutamos de lo lindo. Un itinerario que combinó pistas con fuera pista, bosque con terreno abierto, alternando varias subidas y bajadas, terminando en subida para llegar con la lengua fuera… con la lengua fuera pero contentos y felices de disfrutar un bonito día de montaña.
El domingo cambiamos de escenario y nos acercamos a la estación de Luz Ardiden. Al igual que el sábado, tocó madrugar debido a que la prueba comenzaba por las pistas de esquí, y, había que dejarlas libres para cuando la estación abriese. Allí estábamos a las 7:30 de la mañana, como clavos, esperando el pistoletazo de salida. Los nervios y el frío nos hizo bailar al son de la música en la salida. Salimos a oscuras, pero enseguida el día nos regaló un precioso amanecer, frío pero precioso. Tras la primera subida, que nos sirvió para calentar bien los motores, se sucedieron una serie de bajadas y subidas para, finalmente, encarar la última bajada. Ésta fue mirando al valle de Cauterets, y, tras sortear una serie de bañeras y acumulaciones de nieve, nos pusimos las pieles por última vez. Sólo nos quedaba la última subida, larga, pero la última, hasta llegar a meta y dar por terminada esta Altitoy tan especial. La llegada a meta fue todo un subidón con un montón de gente animando, al estilo de las más reputadas pruebas del calendario alpino.
En esta prueba se combinan el afán de superación, el esfuerzo, la técnica, el aspecto deportivo, el amor por la montaña, el ambiente de montaña y de esquí de montaña… Te da la oportunidad de ver a los mejores y de charlar con ellos y también con los “peores”… pero lo mejor de todo es que pasas un fin de semana con amigos y con un montón de gente que comparte una serie de valores asociados a la montaña.
Pero si algo ha marcado esta edición de la Altitoy Ternua ha sido la ausencia de Andoni. Ha sido una edición muy emotiva, emotiva y sentimental por la falta de Andoni, y, a su vez, un homenaje, un reconocimiento. Creo que el mejor homenaje que se le podía hacer a Andoni era seguir adelante con la Altitoy Ternua, seguir alimentando las llamas de ese fuego que con tanta ilusión y trabajo encendió Andoni. Eskerrik asko Andoni por encender ese fuego, y Karlos, Cristine, Didier, Matieu y a todos los organizadores, sponsors, voluntarios, trazadores, corredores… por haber recogido el testigo y por seguir alimentando ese fuego tan bonito. Mila esker bihotzez.
